El Real Madrid ha dado un paso de gigante para jugar la tan anhelada Final Four de París y lo ha hecho de la mano de uno de sus fichajes estrellas al inicio de la temporada, Dór Fisher, fundamental en el día de ayer, especialmente en el último cuarto, anotando 15 puntos que sirvieron para apuntillar al Power Electronics por (66-75), dejando la eliminatoria en (2-1) a favor del cuadro merengue, al que le separa un solo triunfo de dicha “final a cuatro” parisina.
A pesar del triunfo blanco, los de Molin volvieron a sufrir por culpa de su irregular y de sus flojos primeros periodos, algo inserto ya en el ADN de este Real Madrid que juega partidos al borde del infarto y que apela a la épica y a sus héroes, Llull y Reyes, en la mayoría de los casos, para levantar los encuentros y desventajas por encima de los diez puntos.
La de ayer fue de once puntos (30-19) en quince minutos para olvidar de los madridistas que se vieron superados nuevamente, en el tiro exterior por Savanovic (21 puntos, 3/5 en triples) y por Rafa Martínez (11 puntos, 3/5 en triples) y De Cook (10 puntos, 2/4 en triples) con un Fonteta entregada al cuadro naranja que comando con claridad los dos primeros cuartos por (19-17) y (34-31), ante un Madrid que sobrevivía del acierto de Tomic sobre la pintura (anotó 13 de los 23 primeros puntos de su equipo) en estos primeros veinte minutos de partido.
En la reanudación, los de la Caja Mágica fueron poco a poco asentándose en la pista, gracias a la resurrección de Reyes, esencial en la pintura y sobre todo, con el acierto de Molin en situar a Llull de base y dar entrada a Dór Fisher en el último cuarto, con tres abajo para los de la capital de España (51-48).
Quince puntos del norteamericano (tres mates, tres canastas desde media distancia y un 2+1) sirvieron a los actuales subcampeones de copa para endosar un contundente (0-13) de parcial, dando la vuelta al marcador (51-56) y silenciando las 9000 gargantas valencianas que sólo pudieron admirar la exhibición del pívot estadounidense del Real Madrid auxiliado por Reyes en la pintura y liderados por el auténtico referente del este equipo, Sergi Llull que demostró estar más que capacitado para jugar de base y sentar al viejo rockero Prigioni, impetuoso y con gran experiencia pero excesivamente lento a la hora de realizar los contragolpes y las transiciones defensa-ataque.
En definitiva, un golpe de autoridad el dado por ayer por el conjunto madridista en Valencia (66-75), al que sólo le separa un partido para convertir el sueño de la Final Four en una realidad, un sueño esperado desde los últimos quince años y que este año, por fín, puede convertirse en realidad.
A todo ello, se añade la derrota del gran favorito y actual campeón de esta Euroliga, el Regal Barcelona, en Atenas ante el Panathinaikos (76-74), dejando al cuadro catalán en una situación muy comprometida en estos cuartos de final (2-1), obligado a ganar el cuarto partido en Grecia y forzar un quinto en el Palau Blaugrana sino quiere despedirse de esta Euroliga y caer eliminado en esta ronda de cuartos, una eliminación que allanaría el camino a los de la capital de España, convirtiéndolos en los grandes favoritos de la competición junto con el cuadro de Obradovic, una competición que ser conquistada por los merengues, supondría su noveno entorchado continental.
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