Un sentimiento, una pasión, una religión, un orgullo, un privilegio, SER MADRIDISTA.

jueves, 21 de abril de 2011

CRISTIANO ALZA AL MADRID A LOS CIELOS DE ESPAÑA

   
 ¡¡¡ MEMORABLE!!!, corría el minuto 102' de la prórroga, cuando una formidable conexión por el carril zurdo de Marcelo y Di María terminó en un centro de este último al corazón del área, a aquellos sitios donde sólo pueden rematar los grandes de este deporte, el sitio reservado para los héroes en una final de Copa, el sitio reservado para Cristiano Ronaldo que desde ayer, ha inscrito su nombre en el "olimpo madridista", en aquel paraiso blanco reservado para las grandes leyendas del mejor club del siglo XX y con total seguridad, del siglo XXI, allí fue, a escasos centímetros del punto de penalty donde CR7 conectó el "cabezado de la final",remate de la gloria", el "testarazo" que ponía fin a una hegemonía culé, brillante eso sí, pero que tras esta final puede marcar un punto de inflexión y suponer la tumba futbolística del "tiki-taka azulgrana" que en el día de ayer, y con Valencia de testigo, sucumbió por primera vez tras siete finales, además ante el eterno rival, el Real Madrid, por (1-0), ante los dos enemigos públicos números uno de los blaugranas, Cristiano Ronaldo y José Mourinho, héroes en Valencia del club de chamartín que vuelve a tocar la gloria copera, dieciocho años después de lograr la última, precisamente en Mestalla, el fin de ciclo de otras leyendas madridista, la "quinta del Buitre" que lograría noquear en dicha final al Zaragoza por (2-0).

 La fiesta de la copa fue brillante, espectacular, propia de los dos grandes del fútbol español y del fútbol mundial, en una nueva batalla, esta vez, con la Copa de S.M. "El Rey" en juego, en la segunda batalla de las cuatro que disputarán madridistas y azulgranas en sólo dieciocho días y que ha supuesto el 18º título copero para el Real Madrid, ade´más, dieciocho años después. Curiosidades aparte, los del paseo de la castellana fueron superiores en todo a los de la ciudad condal (ocasiones, disposición táctica, juego y afición), esta última sensacional desde horas antes de comenzar el encuentro, poniendo el entusiamo y el colorido a la ciudad de Valencia y a los alrededores de Mestalla, un campo nuevamente talismán para los del Santiago Bernabeu.

 Con trivote mediocampista (Pepe-Khedira-Alonso), los de concha espina fueron superiores en los primeros cuarenta y cinco minutos, taponando una y otra vez, la salida de balón del tridente mediocampista azulgrana (Iniesta-Xavi-Busquets), incapaz de penetrar por una poblada defensa madridista, con una linéa defensiva perfecta, con dos laterales (Marcelo-Arbeloa) magistrales y con dos centrales (Carvalho-Pepe) sencillamente, espectaculares, auténticos mariscales del centro de la zaga blanca, borrando a Messi y Villa de su "zona de influencia".

 Las ocasiones fueron para los de la capital de España, la más clara en la de Pepe, al filo del descanso, en un centro desde la parte diestra de Di María cuyo remate del portugués, se estrelló en el poste de Pinto, no queríendo entrar en la meta azulgrana, en la que fue la mejor ocasión de los noventa minutos reglamentarios.

Antes de la acción de Pepe, el Madrid había lanzado varíos dardos incendiarios, sobre todo, en las botas de Cristiano Ronaldo, el más incisivo de los merengues en este primer acto, en dos disparos el primero que se marchó desviado y el segundo que repelió Pinto.

 La segunda gran ocasión fue para Özil, en una buena pared con Ronaldo cuyo remate del primero se marchó desviado de la portería azulgrana, en lo que fue un gran primer tiempo de los madridistas que ganaban a los puntos a los barcelonistas tras los primeros cuarenta y cinco minutos de batalla.

 En la reanudación, el Barça apeló a su condición de favorito y comenzar a conectar como en ellos es constumbre siendo Iniesta y Messi, los más incisivos de los culés que tuvieron en las botas de sendos jugadores dos claras ocasiones que se toparon en un maravilloso, Iker Casillas que se erigió en el salvador de su equipo hasta en tres ocasiones, con tres auténticos "paradones de lujo", el primero y el tercero a remates de dichos jugadores y el segundo, a disparo de Pedro que Iker detuvo, con una sensacional parada " a mano cambiada".

 El propio Pedro tendría en sus botas cambiar el signo de la final, en un gol bien anulado por el colegiado del encuentro, tras rematar el canario un servicio de Iniesta en claro fuera de gol.

 En los últimos compases del choque, el Real Madrid tuvo dos ocasiones para haber noqueado al Barça, primero en un disparo de Cristiano Ronaldo que fue bien taponazo por Alves y después, en una gran jugada personal de Di María cuyo disparo lo despejó por los puños, el guardameta Pinto.

 En el "tiempo-extra", el Real Madrid espoleado por su brillante afición y con más ansías de victoria que su rival volvió a reinar en el partido, gozando nuevamente Cristiano Ronaldo de una gran ocasión que se marchó por escasos centímetros de Pinto en lo que fue el aperitivo del glorioso minuto 102' de dicha prórroga que ya forma parte de la "gloriosa leyenda blanca".

Tras dicho minuto de "gloria", y con CR7 convertido en el héroe del partido se llegó al final de la primera parte de dicha prórroga y a sólo quince minutos de tocar la gloria, de volver a ser Campeones de Copa tras dieciocho largos años de ausencia y tras dos dolorosas finales pérdidas ante el Deportivo de la Coruña (2002) y ante el Zaragoza (2004), la primera el día del centenario madridista y la segunda, el "día del inicio del fin para los galácticos", una historia que puede repetirse en el eterno rival que tras este final puede haber empezado a cavar su "tumba futbolística".

 En el segundo tiempo del "tiempo-extra", el Barça buscó más con el corazón que con la cabeza el empate pero no era su día, era el día reservado para el madridismo que con este título vuelve a reinar en el "torneo del K.O.", un madridismo encarnado en la cabeza de Ronaldo, en las acertadas estrategías de Mourinho y en los brazos de Casillas, salvador blanco que como capitán del equipo madrileño, elevó la copa de manos de S.M. el Rey, D. Juan Carlos, al cielo de Valencia, el cielo de Madrid y al cielo de España que ayer celebró más que nunca, el título de campeones de copa del club más laureado y por supuesto, más representativo del fútbol español, encarnado en 20000 fieles que en el día de ayer, elevaron sus banderas españolas y madridistas en Mestalla, en la que fue la verdadera fiesta y el verdadero triunfo no sólo del Real Madrid, sino de toda España.

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