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domingo, 3 de abril de 2011

EL VIRUS "FIFA" FULMINA LA IMBATILIDAD DE MOU Y DEJA SENTENCIADA LA LIGA

 
Si diésemos un salto en el tiempo, Flashback, de un año de diferencia, llegaríamos a la misma conclusión, el Real Madrid dice adiós a la liga sino de manera matemática, si casi casi  de una manera definitiva.

  La campaña pasada (2009/10) fue tras la derrota en el clásico liguero del Bernabeu donde el Barça endosó un (0-2) a los blancos por entonces dirigidos por Pellegrini, a los que superaba en la clasificación por sólo dos puntos, eso sí, dos puntos que fueron cinco al final, y que le valieron a los pupilos de Guardiola para ganar su segundo título liguero de manera consecutiva.

   Este año la situación es aún más dolorosa, ya que a falta de ocho partidos para la conclusión (incluido el Madrid-Barça de la jornada 32ª), los culés tienen un más amplio colchón de ocho puntos sobre los del paseo de la castellana, tras una jornada 30ª propicia para acortar diferencias (el Madrid jugaba en casa ante el Sporting) y (el Barça fuera ante el Villareal) y poner la diferencias a sólo 2 ó 3 puntos de los del Camp Nou, ocurriendo todo lo contrario, asaltando el Sporting de Manolo Preciado el Santiago Bernabeu (0-1) y ganando el Barça en Villareal (0-1), situando la desventaja en ocho puntos que parecen a día de hoy, inalcanzables para los merengues.

  Con el "Virus FIFA" pasando factura a los blancos (Marcelo y Benzema K.O.), a lo que se unieron las bajas también por lesión de Cristiano Ronaldo y por sanción de Xabi Alonso, los del Santiago Bernabeu afrontaron un "duelo trampa" ante un Sporting de Gijón combativo y rocoso, experto en todo tipo de artimañas, la mayoría antideportivas, para asaltar el fortín blanco, algo que hasta el día de hoy, nadie había logrado hacerlo en esta temporada.

  A pesar de todo, el Madrid saltó al césped del Bernabeu dispuesto a liquidar el encuentro por la vía rápida. Pudo hacerlo, de no ser por la mala decisión de Clos Gómez, que erró al anular un tanto de cabeza de Carvalho, por entender que el centro de Raúl Albiol desde el costado derecho, tras una falta botada al segundo palo por Granero, había transpasado la línea de fondo en el momento del golpear al esférico el dieciocho madridista.

 Con el paso de los minutos, el "mou team" no encontró la fluidez de otros partidos, con un doble pivote excesivamente plano (Khedira-Lass), con Estebán Granero demasiado tapado entre líneas, jugando de falso mediapunta en lugar de canalizador, ocupando el puesto del sancionado Xabi Alonso como al principio se esperaba, a lo que se añadió la falta de chispa de un activo pero faltó de desborde Di María y un desaparecido Özil, demasiado apagado en el costado diestro, demostrando que su sitio ideal es la mediapunta del equipo y no de falso extremo. Junto a ello, la falta de acierto de Adebayor, bien por arriba pero horrible de cara al gol propiciaron que la mejor ocasión del primer acto fuera para el Sporting, en un contragolpe conducido por Rivera y moldeado por un sensacional Cases que asistió entre líneas a Barral, auténtica pesadilla en el día de hoy, para Carvalho y sobre todo, para Albiol que sin embargo, no acertó a batir a Casillas tras sortear al mismo y quedarse ya sin ángulo, para rematar.

  Con esta gran ocasión rojiblanca y dos remates lejanos de Di María que se toparon en los brazos del meta Juan Pablo finalizó un primer tiempo sin demasiada historia, donde los de chamartín no encontraron ni el ritmo y el manantial de llegadas al área contraría, demostrando la enorme "xabidependencia" que tiene este Real Madrid de Mourinho.

  En la segunda mitad, el Madrid puso una marcha más, con Özil jugando de mediapunta y Granero algo más retrasado. Sin embargo, la situación no mejoró y sólo los desbordes y los flojos remates de Di María siguieron siendo el pobre balance demostrado por los de concha espina en un partido que se le escapaba.

  Mou movió rápidamente ficha, dando entrada a Higuaín por Granero, pasando a jugar con dos puntas ( Higuaín y Adebayor) y posteriormente, revolucionando el equipo con un doble cambio, no entendido por la afición blanca, (Canales y Pepe) por (Di María y Arbeloa), volviendo a modificar el esquema de juego, pasando de jugar con tres centrales (Carvalho-Albiol-Pepe), no modificando el doble pivote (Lass-Khedira), escoltado por dos carrilleros largos (Canales y Sergio Ramos), recayendo en Özil, el peso del equipo y dejando en Higuaín y Adebayor, todo el peso goleador del equipo. Sin embargo, un Madrid precipitado, nada elaborador de las jugadas, con Pepe, Lass y Albiol como ejecutores de un juego directo que buscaban directamente los remates de Adebayor e Higuaín directamente desde las parcelas defensivas en lugar desde el mediocampo, pasó factura a los madrileños que se toparon con la fortaleza aérea de los dos centrales asturianos, Botía-Iván Hernández, espectaculares a lo largo de todo el encuentro.

  Antes del tanto visitante, dos remates de Higuaín y Adebayor se encontraron con un sensacional Juan Pablo, otro de los héroes del conjunto del Molinón, en el día de ayer. Así, en pleno ataque sin cabeza y sin sentido por parte de los de Mourinho, el Sporting encontró el hueco para matar al contragolpe a su rival, en un buen contragolpe conducido por De las Cuevas y nuevamente, elaborado por Cases que con la colaboración de Sangoy que hizo pantalla y bloqueó al central Carvalho, en el intento del portugués por taponar el ataque rojiblanco, asistió al propio De las Cuevas que se hizo un hueco entre los zagueros blancos (Pepe-Albiol) y remató a la red con su pierna diestra, colándose el balón en las redes de Casillas tras tocar el poste diestro del cancerbero mostoleño del Real Madrid (0-1).

  El gol dejó tocado y casi hundido al Real Madrid y desató la alegría de los más de 3000 seguidores asturianos que acudieron al Santiago Bernabeu que vivió al borde del infarto en los últimos minutos del encuentro, sabedor que se le escapaba el título liguero, se rompia la imbatibilidad del Real Madrid en casa en lo que va de temporada y el récord personal de José Mourinho que llevaba nueve años sin perder en casa como entrenador de Oporto, Chelsea, Inter de Milán y Real Madrid, en un encuentro de liga.

  En sólo siete minutos, el Real Madrid produjo más ocasiones que en los anteriores 83 minutos de partido, con remates de todas las formas y por parte de varios jugadores (dos de Khedira, dos de Higuaín, dos de Canales, otro de Adebayor, otro de Carvalho y otro de Özil), nueve remates en total, que sin embargo, se toparon unos con Juan Pablo, otros con los zagueros rivales que bajo palos, sacaron dos remates de Khedira y otro como el último disparo de Özil que se marcharon por encima del larguero visitante, sentenciando prácticamente el título liguero a favor de un Barcelona que no desaprovechó la oportunidad concedida por el cuadro madridista y ganó con gol de Piqué en su duelo contra el Villareal (0-1) en el estadio castellonense del Madrigal, dejando la diferencia en ocho puntos, una renta que a pesar de los ocho encuentros que restan y del Madrid-Barça de dentro de dos jornadas, parecen definitivas para que los azulgranas conquisten, el que sería su tercer título de liga de manera consecutiva.

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